Marta y la lección que siempre llevará consigo
El otro día, mi amiga Marta, profesora de Bachillerato, vino a casa emocionada. Apenas se sentó, me miró con esa mezcla de cansancio y energía que solo las profesoras apasionadas tienen y me soltó: “Tenías razón, me hacía falta este bolso."
Claro, yo me reí. Pensé que me iba a hablar del diseño, de lo bonito que queda con su estilo, de lo poco que pesa, o de lo bien que combina con todo. Pero no. Marta tenía otra historia que contar.
"¿Te acuerdas de lo preocupada que estaba el trimestre pasado? Mis alumnos no prestaban atención, las notas iban en picado, las pantallas me ganaban. TikTok, Instagram, mensajes... Era cómo si el mundo digital los tuviera atrapados. Pero, ¿sabes qué era lo más preocupante? Veía cómo se estaban enganchando al placer rápido, a ese chute de dopamina que les daban las redes sociales. Y al mismo tiempo, perdían de vista su propósito, las cosas más importantes como su futuro, sus sueños. No entendían la diferencia entre la felicidad duradera frente a un ‘me gusta’ que desaparece en segundos.»
Marta, como siempre, no se quedó de brazos cruzados. Durante las vacaciones, pasó horas buscando ideas hasta que dio con una actividad para hacerles reflexionar.
Preparó tarjetas con preguntas como:
¿Cómo te imaginas a ti mismo dentro de 10 años?
¿Qué crees que necesitas empezar a hacer hoy para acercarte a esa versión de ti mismo?
¿Qué actividad o hábito te quita más tiempo sin aportar nada positivo?
¿Qué es lo que más te emociona o te motiva a seguir adelante, incluso cuando es difícil?
¿Qué habilidades o conocimientos te gustaría aprender para ser la mejor versión de ti mismo?
También incluyó citas inspiradoras y pequeños cuadernos para que cada alumno escribiera sus metas.
Su meta era ayudarles a valorar lo que realmente importa, más allá de lo inmediato, para que puedan crear una vida con sentido y propósito.
"Y aquí es donde entra el bolso," me dijo riendo. "¿Te imaginas cómo habría cargado con todo eso? Las tarjetas, los cuadernos, mis cosas, el portátil... Todo cupo en el bolso.
Mientras iba a clase ese día, me sentí como si llevara algo más que materiales: llevaba la posibilidad de cambiar algo importante."
La primera clase tras las vacaciones fue distinta. Marta no empezó hablando de exámenes ni de literatura. En lugar de eso, les contó cómo las redes sociales y la dopamina rápida afectan al cerebro, cómo nos hacen buscar recompensas inmediatas y olvidarnos de lo que de verdad importa. Les habló de la importancia de gestionar nuestras emociones, de aprender a ser felices con logros que llevan tiempo, esfuerzo y dedicación.
Después, sacó las tarjetas y los cuadernos de su Bolso Senda y les propuso la actividad. Algunos alumnos se sorprendieron al darse cuenta de que pasaban más de seis horas al día en redes. Otros reconocieron que las notificaciones les quitaban el control de su atención. Y muchos, por primera vez, escribieron en sus cuadernos metas que realmente les ilusionaban.
Cuando la clase terminó, uno de los alumnos le dijo: "Profe, creo que nunca había pensado en estas cosas. Quiero visualizar a mi yo futuro y optimizar mi tiempo para llegar a él.".
Marta, supo que algo había cambiado. No en todos, pero sí en algunos. Y eso ya era un gran paso.
"Ese día, el bolso no solo llevó cosas," me dijo mientras recogía su taza de café. "Llevó una lección, y sobre todo, la esperanza de que ellos puedan ver que las mejores cosas de la vida no se consiguen en segundos, sino en pasos largos y con paciencia."
Yo, mientras la escuchaba, no podía estar más orgulloso de ella. Pero también, no pude evitar sonreír al pensar que el Bolso Senda no es solo un accesorio bonito. Es un compañero para las mujeres que, como Marta, llevan con ellas algo más que objetos: llevan sueños, ideas y un poco de magia que hace el mundo mejor.
Y porque como a Marta, sé que muchas de vosotras también lleváis algo más que objetos en el bolso: sueños, preocupaciones, y el deseo de hacer del mundo, y de vuestro hijos, algo mejor, os presento a nuestro Bolso de ante Senda, un bolso que puede convertirse en una herramienta esencial para organizar ideas, sueños y materiales. Y lo mejor: ¡lo hace sin dejar de ser bonito y ligero!
Porque cada día está lleno de posibilidades, y necesitas algo que te acompañe en cada paso, el Bolso Senda es tu compañero ideal.
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